Por Luis F. Hernández
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La discriminación laboral no sólo reduce el bienestar de las
personas que son discriminados, sino también la competitividad del país. Por lo mismo debiera de existir una agenda de investigación y de gestión política en el tema
para comprender como surge, sus canales y ver que cambios legales y laborales se requieren para erradicarla.
Recientemente ASIES y CODISRA presentaron un informe respecto a la percepción empresarial sobre racismo en Guatemala usando
información de la Encuesta empresarial elaborada por ASIES en áreas
metropolitanas en el 2012. Según sus principales resultados a) alrededor de 6 de cada 10 empresarios,
percibe que se paga menos a indígenas comparados con
no-indígenas que realizan un mismo trabajo y b) que la proporción de indígenas es menor, que la de no-indígenas
en empresas, y que su participación se incrementa conforme el tamaño de la
empresa (15-24%).
Como lo reconocen en el estudio, la baja participación de
indígenas en el informe, puede deberse a que la proporción de indígenas es
menor que en áreas urbanas, el
ámbito de alcance del estudio.
De este análisis cabe resaltar que empresas más
grandes, contratan una proporción mayor de indígenas, comparados con pequeñas.
Esto podría ser porque las más grandes tienden
a ser más competitivas y por lo mismo, empresas más competitivas que no discriminan
pueden ejercer una presión en los salarios con los grupos discriminados para contratar
a trabajadores discriminados, y los que discriminan tendrían que subir más los
salarios de sus trabajadores para poder retenerlos, eso en un mercado
competitivo (sin fallas de mercado como son los costos de transporte e
información asimétrica).
Del primer resultado, la percepción de discriminación de los empresarios podría ser mayor
o menor a la encontrada.
Esto sería producto de la misma pregunta, en el
sentido de que aquellos que discriminan tienen incentivos a no reconocer que
discriminan, es decir la discriminación podría ser mayor. Por otro lado, como
los empresarios tienen información asimétrica (no conocen los salarios que
pagan sus competidores, ni las calificaciones y habilidades de otros
trabajadores) no tienen certeza si los otros empresarios discriminan, y pueden
ser influidos por las publicaciones de prensa, por ejemplo, respecto a temas de
discriminación, lo que sesgaría la estimación en el tema.
Por lo
anterior, ASIES debiera revisar y ampliar las preguntas a los
empresarios e incluir, si es posible, encuestas a los empleados de estas firmas para poder cuantificar mejor cual brecha salarial puede atribuirse a la discriminación, y
ver si empresarios que discriminan reconocen o no su discriminación. Seria tambien importante explorar si hay discrimación entre trabajadores, y de consumidores hacia empresas que contratan indígenas y por supuesto incluir en el análisis aquellas variables que pueden afectar la productividad de los trabajadores.
Por último, es necesario que el INE elabore una encuesta empresarial y de sus empleados para poder hacer un estudio más amplio del tema que sea representativo no sólo de áreas urbanas, sino rurales.