Fredy
Gómez
Ex
Director de Políticas Económicas y Sociales de la Segeplan
Maestro
en Gestión y Políticas Públicas, en Economía y en Finanzas
La Nueva Gerencia Pública (NEP)
llevó a la gestión de políticas públicas, así como a otras áreas del Estado, un enfoque que promovía el acercamiento al
usuario (cliente en algunos casos); los sistemas de seguimiento (incluso comando
y control); los esquemas de compensaciones; la evaluación, tanto de impacto como de
resultados; y, otro conjunto de instrumentos que al articularse permitiría un approach
novedoso. Una aplicación derivada de
este enfoque, aunque no exclusiva del mismo, es el presupuesto por resultados.
El enfoque a resultados es
abordado de forma diversa, por ejemplo: Kusek
y Rist ( 2004) proponen un secuencia de 10 pasos para gestionar sistemas de
seguimiento y evaluación por resultados; y, Hill
y Sullivan (2006) proponen medir resultados en términos del valor público, lo
cual implica un acercamiento conceptual inicial en cada caso. De forma empírica,
tanto el presupuesto por resultados de Chile, como el Sinergia de Colombia,
articulan al menos: sistemas de compensación variada por resultados;
evaluaciones de impacto; programas de mejoramiento de la gestión; articulación
al Congreso (poder legislativo) para la toma de decisiones; interacción con la ciudadanía;
y tecnologías de información. Un aspecto de construcción de sistemas más
integrales es la gradualidad, puesto que estos se recrean y reconstruyen constantemente.
En varios países de Latinoamérica,
con sus respectivos matices, se ha adoptado o intentado adoptar enfoques a resultados; en
el caso de Guatemala, según recuerdo, la primera intensión, digamos moderna, está
en el SIAF de 1996. Mucho esfuerzo, y
plata desde luego, ha pasado desde entonces y, a pesar de ello, 15 años después, aún no es conocido cual es el
marco conceptual del enfoque, cuales son las evaluaciones de impacto
realizadas, como se han modificado o modificaran los sistemas de
compensaciones, por no decir cuáles son los sistemas de aprendizaje e innovación
en el sector público, al parecer han sido discursos útiles para ciertos fines,
fines que una vez compartí. Explicaciones para que estas iniciativas sean discursos
hay varias: por una parte el inicio es eterno, en el cual cada nueva administración
anuncia que establecerá “por primera vez” un enfoque a resultados; por otra
parte está la desvinculación entre la oficina de planificación y la presupuesto;
y, por último, lastimosamente, está la
incapacidad para articular esfuerzos tan amplios y tan necesarios.
Al pararse en cualquier
punto del tiempo, debería al menos juzgarse este proceso como algo gradual, y hoy, 15 años después, debe preguntarse ¿dónde
está el punto de arranque relevante para los próximos años? ¿Cuál es el marco
conceptual fundacional?. Si bien hay instrumentos, como suele suceder, los
mismos aparecen desvinculados: en futuros post mostraré evidencia de cómo un enfoque
a resultados mal gestionado, incluso puede causar daños en la gestión pública,
como el resto de cosas mal hechas en la vida.
Es urgente comenzar a analizar y debatir todos los aspectos relacionados a resultados, se ha dado mucho enfasis a la incorporacion del enfoque por resultados, creo que a hoy un alto porcentaje de la planificacion, bien o mal, ha internalizado este enfoque. Es momento de subir un escalon e investigar sobre los resultados, aprendizajes, innovacion, etc. del sector publico y en consecuencia la contribucion de estos para el mejoramiento mas acelerado de las condiciones de vida.
ResponderEliminarSegun mi experiencias se realizar acciones a partir de la busqueda de resultados, pero cual es el resultado de estos resultados?
Gracias por el comentario, creo que en buena parte, al menos en Guatemala, no hay nada consistente sobre el enfoque, hay casos aislados nada más... Sin duda queda un largo camino por recorrer.
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